Los trastornos de la conducta alimentaria —como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón— no son solo problemas con la comida, sino expresiones de un sufrimiento emocional más profundo. A menudo, están vinculados con la necesidad de control, la autoexigencia, la baja autoestima y una imagen corporal distorsionada.
En terapia trabajamos para comprender qué función cumple la conducta alimentaria en tu vida, qué está tratando de comunicar tu cuerpo y cómo puedes empezar a relacionarte contigo desde un lugar más amable y seguro.
Mi enfoque es integrador y respetuoso, con base en la evidencia científica, y atiende tanto las dimensiones emocionales como las conductuales del trastorno. No se trata únicamente de cambiar hábitos, sino de reconstruir tu vínculo con el cuerpo, la comida y la identidad, desde la compasión y el cuidado.
Acompaño procesos individuales en todas las fases del TCA, adaptando el tratamiento a tus necesidades concretas, con una mirada centrada en la persona y en su historia. Este es un espacio donde tu dolor tiene sentido, y donde podemos trabajar juntas/os hacia una recuperación real y sostenible.
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