Las relaciones que establecemos con los demás —pareja, familia, amistades— tienen un impacto profundo en nuestra salud emocional. A veces, los vínculos se ven atravesados por malentendidos, conflictos repetitivos, silencios que duelen o dinámicas que generan desgaste y sufrimiento.
Desde la terapia, te acompaño a explorar cómo te vinculas, qué heridas relacionales pueden estar activas y cómo transformar esos patrones desde un lugar más consciente y saludable. Trabajamos en el fortalecimiento de la comunicación, los límites sanos y la comprensión mutua, tanto en procesos individuales como en sesiones de pareja o familiares.
En los casos en que la convivencia se vuelve especialmente difícil o existe una ruptura importante, la mediación familiar puede ser una herramienta clave para abordar los desacuerdos desde el respeto, facilitando acuerdos y promoviendo el bienestar emocional de todos los miembros implicados.
Este espacio no busca señalar culpables, sino comprender lo que está ocurriendo y acompañar el cambio desde la empatía y el diálogo. Sanar los vínculos es posible, y empieza por entendernos mejor a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
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